miércoles, 26 de diciembre de 2012
Alcanzo a reconocerla en el tumulto a través de las lágrimas del dolor irrepetible de morirse sin ella , y la miró por última vez para siempre jamás con los ojos más luminosos, más tristes y más agradecidos que ella no le vio nunca en medio de siglo de vida en común y alcanzó a decirle con el último aliento. -Solo Dios sabe cómo te quise.-
G.G.Márquez
G.G.Márquez
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