martes, 13 de agosto de 2013

Toallas mojadas arriba de la cama VI

El aire pesa y el día tiene gusto amargo, es que faltas vos.. ¿Qué es esto? Me asusto.
Una semana, siete días, una semana de agonía, siete días de agonía. Increíble, faltas y te necesito, creo.
No, no te necesito, sólo quiero saber que estás bien, que no te estás atormentando con  pensamientos otra vez. Me miro en el espejo y me veo sola, ácida, enferma.
Siempre mis finales fueron así, siempre fueron la puerta que se cerró después de haber hecho algo mal, o cometer errores, o aprender, como quieras decirle. Ya no salgo pensando en la hermosa posibilidad de verte, ¿cómo volver a acostumbrarme?
El viento me grita, lo juro, y la luna esa noche, cuántas cosas me decía. Es que faltas vos. Falta ese aroma, esos pasos, ¡oh!. Las calles te extrañan y yo te extraño. ¿Cómo soportarlo? El ruido de esa canilla que gotea, mis pasos en medias sobre los azulejos blancos, el sol que brilla sin compasión, las nubes, los árboles, el chico del auto verde, todos vienen a recordarme tu ausencia. ¿Acaso no saben que la tengo presente desde que desperté? Si a cada respiro, si a cada mirada noto que faltas. Un pedazo desgarrado, arrancado, extirpado de mi fue el que ahora te sigue. Es que faltas vos.