martes, 18 de junio de 2013

Día 23. Tristeza.

Hoy solo quiero olvidarme un poco de las cosas. Escuchar música
triste, estar triste, disfrutar de la tristeza.
Les comparto este hermoso poema que me hizo llorar.



Viento Del Olvido- Manuel Scorza


Como a todas las muchachas del mundo,
también a Ella,
tejiéronla
con sus sueños,
los hombres que la amaban.

Y yo la amaba.

Pudo ser para otros un rostro
que el Viento del Olvido
borra a cada instante.
Pudo ser,
pero yo la amaba.

Yo veía las cosas más sencillas
volverse misteriosas
cuando Ella las tocaba.
Porque las estrellas de la noche
¡Ella con su mano las sembraba!

Los días de esmeralda,
los pájaros tranquilos,
los rocíos azules,
¡Ella los creaba!

Yo me emocionaba
con sólo verla pisar la hierba.

¡Ah si tus ojos me miraran todavía!

Esta noche no tendría tanta noche.
Esta noche la lluvia caería sin mojarme.

Porque la lluvia no empapa
a los que se pierden
en el bosque de sus sueños relucientes,
y sus días no terminan
y son sus noches transparentes.

¿Dónde estás ahora?
¿En qué ciudad,
en qué penumbra,
en cuál bosque
te desconocen las luciérnagas?

Tal vez mientras escribo,
estás en un suburbio,
sola, inerme, abandonada...

¡Abandonada, no!

En tu ausencia
mi corazón todas las tardes muere.

Día 22. Perdida.

Día veintidos. Me sorprende la velocidad de los días y el tiempo. También la velocidad de la vida, la prisa que tiene en llegar a la meta. Pero, a qué meta se dirige?
El  día anterior hablé del miedo al amor y  a la vida que es muy probable que padezca.
A veces siento que al amarlo me pierdo a mi mísma. Ni yo me reconozco. Trato de reencontrarme en el canto de los pájaros, en los caminos que seguía, en las canciones que escuchaba. Y, de cuando en cuando, deseo que todo vuelva a ser como antes. Por eso cuidado con lo que deseas, con lo que piensas.
A veces me siento atada, enjaulada, sometida a ser o actuar de una manera. Pero siguen habiendo dos bandos en mi, dos voces. Cuando estoy sola deseo tenerlo cerca mío, abrazarlo, besarlo. Y cuando sucede quiero estar sola, escapar, salir corriendo.
Mierda. Sí, mierda.
No estoy preparada para ninguna clase de relación.
O tal vez si.
O tal vez no.
Mierda. Si, mas mierda.
No sé lo que quiero ni lo que siento, en este preciso momento no puedo desatar esa maraña de sentimientos que tengo en la cabeza o en el corazón. No sé.
Cómo es posible que, queriendo tanto a alguien, me de miedo el amor?
No me gusta programar cosas, ni planificarlas. Y mucho menos me gusta planificar verme con él, encontrarnos en tal hora y tal día, en tal lugar. No!. Me gusta lo casual, estar comprando y ¡oh! encontrarme con el. Tener algo de que hablar. Evitar ese estúpido e incómodo momento de verlo llegar, ver sus ojos, sentir sus nervios, sentir los mios, y entre ambos colapsar como un Big Bang.
Y no exagero. No.
Me gustaría que todo fuera casual como antes. Pero igualmente, sé que antes no era casual.  Ambos buscabamos las circunstancias, las coincidencias perfectas. Pf. Por favor.
Creo que me siento enojada con cómo el amor me hace actuar. Mi mente está enojada, aclaro. No hay lugar para mí en este momento. Al menos me alegro de darme cuenta.
A veces me gustaría volver a sentir eso que sentía cuando salía a caminar y no tenía que andar preocupandome en si me lo iba a encontrar o no. Creo que me falta esa libertad.
Tal vez sea muy insegura de mi misma. Porque cuando me habla o  me dice cosas, pienso: Qué mierda! Qué me ve?
Y siento que en algun momento, tarde o temprano, va a salir corriendo asustado. Asustado por todos esos sentimientos encontrados que voy a seguir sintiendo hasta que aprenda a manejarlos,  por todas las veces que le voy a decir: "No, hoy no. Hoy quiero estar sola."
Ahora siento que unas vacaciones lejos me vendrían bien, para alejarme un poco de todo. Y resolverlo fríamente.
Voy a comprarme algo rico para comer. Algo lleno de dulce y chocolate. Para acabar con todo esto.

Día 21. Miedo.

Sueño contigo. Si, sueño con acariciarte, con decirte: vení. y abrazarte.  Sueño a que te llamo, te tomo la mano y te beso. Un beso eterno, inolvidable. Un beso que lo cura todo. Cura las heridas de ayer y de mañana, disuelve las preocupaciones y amarra las dudas a una balsa de corazones, corazones que se las llevarán a la deriva por el mar. Las conducirán juntos hacia ninguna parte para que se hagan agua y sal. Sueño con un abrazo que hará sentirme amada. Es que tus caricias son eternas amor mío, y sin ellas, qué haría?
Sueño y también me asusto, me asusto de la vida, del amor. Me asusto de mí misma. Todo es tan nuevo para mi, que cuando llega el momento y te veo ahí, digo: Oh Dios, qué he hecho? Por qué caí en el amor esta vez? Tan así, tan fuerte...
Te veo y el miedo viene hacia mi como una ráfaga de viento frío y helado, me congelo, me asusto todavía mas. Respiro, adentro, afuera, me convenzo a mi misma, me hablo a mi misma tratando de tranquilizarme, pero sé que no me escucho y que no me voy a escuchar, porque el miedo me invade.
Y cuando ya estoy dentro del baile, ya estoy cocinandome todo se desvanece y trato de hacer como si nada pasara, como si cuando te viera todo fuera una especie de amistad y nada mas, actúo como si cada vez que me tocaras no sintiera nada, ni electicidad, ni ganas de volar, nada... Me transformo en una piedra. Pero hasta las piedras deben sentir mas cosas que yo en ese momento.
Así  que lo nuestro, lo mio y lo tuyo, se reduce a una especie de amistad. Nos mentimos, supongo yo... Y luego pienso, y que patético es todo. El amor nos vuelve así acaso? El amor nos saca de nuestro cabales, nos hace tirarlo todo por la borda, dejarlo todo, desde nuestro orgullo hasta nuestra lógica. Porque en realidad, que importa todo eso cuando queres a alguien de verdad? Nada. No importa nada en esos momentos. Simplemente nuestra mente trata de mantenerlo todo como estaba, sin cambios, sin nada pero la vida no es así. Ya dije que la vida es un constante cambio, asique, juguemos con ella, perdamos nuestro orgullo, nuestra lógica. Y
o por vos hago todo eso y más.