sábado, 15 de junio de 2013

Día 20. No se necesitan alas para volar.

Alguien mas ama las librerías y los libros tanto como yo? Si hay algo que me pone de muy buen humor y me fascina es ir a comprarme libros o leerlos.
Hoy entré a una librería que era un paraíso, literalmente. Cientos y cientos de libros, de todos los temas, de todos los colores, ediciones, tapas y autores que uno se pueda imaginar. Me pasé una hora yendo y viniendo por cada uno de sus rincones tratando de decidirme de que libro llevar, lo cual fue imposible, obviamente, asi que terminé comprando dos libros.
Era maravilloso pensar que miles de historias se esconden dentro de papel y letras, y no solo las historias que vienen escritas si no las que vienen adheridas a ellas, como la del autor, la de cada persona que toco sus páginas y dejó una huella, la de cada personaje inspirado en alguien o algo,  la de cada alma que se ve enlazada con ese libro y más, muchas más! Pero lo mas mágico de todo es encontrar el libro perfecto y identificarte tanto con sus palabras que empezás a creer que el autor o autora te conoce y conoce tu corazon y tu mente y decidió hacer y escribir ese libro exclusivamente para vos. Yo digo que cuando uno encuentra un libro así es porque es parte de uno, una parte que posiblemente en el pasado haya sido perdida y que ahora, después de un tiempo, vuelve a ser parte de su todo, vuelve a su hogar, a su fuente de origen. Y es maravilloso pasar tus dedos por sus letras y sentir el olor de sus páginas, un olor a hogar, a amor, a sensibilidad y a alegría, un olor que te hace recordar la soledad que todos poseemos dentro nuestro, pero no una soledad malvada, hirirente. Una soledad que te hace sentir libre, feliz, listo para volar y volver cuando lo necesitemos.
Eso hacen los libros, nos hacen volar. Volar entre mundos diferentes, paralelos, inimaginables. Mundos mejores y mundos peores, pero mundos en sí. Y díganme, qué es mejor que volar tan solo con letras y un buen café?

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